lunes, 2 de noviembre de 2009

Y así nos fue


Pues eso, que celebramos halloween de una forma muy caimana. A las 21:30 quedamos en el punto de encuentro de siempre, en la Plaza para que nos viera todo el mundo lo guapísimos que íbamos. Cada vez que hay una salida de este tipo me doy más cuenta del poco sentido del ridículo que hay en los Caimanes BTT. Uno disfrazado de esqueleto, otro de muerte con una peazo guadaña atada a la tija, otro de gato negro ahorcado, Pedro con una discreta peluca blanca con un perfecto moño de viejecita, Fatty de brujita con la escoba de paja atada al cuadro de la bidi a modo de escoba voladora y yo con unos pequeños detallitos de diablesa (unos cuernos luminosos, un rabo rojo y unos guantes de dedos extralargos). La ocasión se pintaba divina. Y así arrancamos a dar una vuelta por el casco viejo antes de salir al monte. A dar un poco más la nota y a sacarnos una foto en la puerta de la Iglesia, lo más adecuado a esa noche.



La pandilla basura en la puerta de la Iglesia


El recorrido era un viejo conocido ya por haberlo hecho en otras nocturnas similares. Empieza todo para arriba, como siempre en este pueblo... Un poco cansino para arrancar, pero por otra parte, un buen calentamiento. En fin, que la ruta fue bien, con sus tramos de asfalto (que gracias a Dios siempre los hay) y con sus tramos de monte y caminos de cabras (que por la noche y con una linterna baja de baterías se me hicieron eternos).





Lo peor fue cuando empezó a atacar el hambre. Pecadora yo que salí sin merendar. Mi estómago, acostumbrado a no estar nunca vacío, empezó a quejarse. Me apretaba un dolorcillo raro, una sensación que hacía años que no experimentaba, y, como no, empecé a quejarme. Pobre Luís! Qué paciencia tiene que tener el hombre! Si es que claro, de quién iba a ser la culpa de que yo tuviera hambre?? De Luís por no decirme que la ruta iba a ser un pelín más larga de lo que yo me esperaba! Total, que me cambió la luz por la suya, un favor enorme porque parece que recuperé la visión nocturna, cómo cambiaba la cosa! Me subí de nuevo a la bici y seguimos hasta una casa rural cercana en la que ya nos conocen por ser los locos de la bicicleta ( CASA DE SIXTO, conocida ya por algunos visitantes de este blog). Estaban los dueños acompañados por toda su familia; hijos, nietos y perros salieron a recibirnos como ellos saben hacerlo, de la manera más hospitalaria del mundo y ofreciéndonos una hermosa pota de callos! Yo en ese momento vi el cielo abierto. Perdí la poca vergüenza que me podía quedar, y me ofrecí voluntaria de primerita para catarlos. Estaban buenos, buenísimos.... tanto que se hizo irresistible el repetir. Y eso, con una coca-cola fresquita, fue la gratificante cena que me pegué esa noche.



Comiendo los callos malditos

Después de un rato de divagaciones y de comer sugus y cacahuetes, nos decidimos a continuar la marcha. La hora aproximada debía de ser la 1:00 de la madrugada. La temperatura era agradable, pero nuestros cuerpos estaban un poco más frescos que antes de parar; callos en el estómago y salida, como no, hacia arriba.
La subida fue bien, por camino de monte pero en buenas condiciones. Luego una bajadita rápida por pista de tierra y llegamos al asfalto. De momento, cuando tocamos asflato, fueron carreteras secundarias en las que la presencia de coches era casi nula. Charlando sobre la marcha con uno de los compañeros, empezamos a sacar la conclusión de que los callos en el momento entraban muy bien, pero empezaban a agolparse en el estómago produciendo una cierta incomodidad, pero como faltaba poco para llegar a casa, no le dimos más importancia. Hasta que me bajé de la bicicleta para bajar una cuestecilla pegada al río en la que me falla el equilibrio. Socorrooooooo, no puede volver a montarme! Qué dolor tan fuerte en la boca del estómago!!! Pensé en morirme allí mismo! Menos mal que me acompañaba "mi infatigable compañero de fatigas" (así es cómo lo bauticé el sábado), Pedro. El dolor que tenía y ver su cara de preocupación, me estaba haciendo sentir la perosna más insoportable del mundo. Hasta el punto de decirle: Pedro, no me lo estoy haciendo, me duele de verdad....



Pedrín, mi infatigable compañero de fatigas

Pobre, vaya mal momento que le hice pasar. Total, que me subí a la bici como pude, y como era todo para abajo, me encojí sobre ella y me tiré, derechita al centro de salud. El camino se me hacía interminable pero llegué!



El que me acompañó al ambulatorio... imaginaros la cara del securata!

Y una vez allí.... una anécdota asegurada. Imaginaros la cara del guardia de seguridad del PAC del ambulatorio, al ver llegar al centro a la 1:40 de la madrugada, a un tío vestido de esqueleto y una tía de diablillo en bicicleta y encogida con el dolor! Una odisea. No sé ni cómo nos abrió la puerta. Encima, yo sin tarjeta sanitaria y sin DNI! Total, que tuve la suerte de que me atendieran igual y cuando pasé a la consulta y tuve que explicarle al médico lo que me había pasado me volvió toda la vergüenza que ya daba por perdida. Apenas podía respirar con el dolor y tuve que contarle que salí a dar una vuelta en bicicleta para celebrar el halloween, pero paramos en una casa rural a comer unos callos y me sentaron un poco mal. El hombre creo que no salía de su asombro. Y lo mejor cuando me manda tumbar en la camilla.... me echo y, claro, se me clavaba el rabo en el culo y como yo no me cayo ... pues tuve que incorporarme para apartar el rabillo que me molestaba. En fin, no sé si pensó que estaba borracha, drogada o loca, pero creo que la situación normal no la vio.

Gracias a Dios, al final todo se solucionó con una Buscapina y se quedó en un sustillo. Pero algo aprendí: no vulevo a comer callos antes de andar en bicicleta ni aunque se me vaya la vida en ello! Un saludo a tod@s!

5 comentarios:

  1. No sabéis la envidia que dais con esas salidas especiales :-).

    Yo llevo todo el puente sin poder hacer más que mirar a la single, prefiero no bajar a ver el tanque, que me pongo de una mala leche... :-(.

    Casa Sixto.... gran lugar! El año que viene habrá que ir al mismo sitio! :-)

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  2. Jajaja esto sin fotos no vale nada!!!!!!!!!!!

    Bueno,no es que me ria de lo que te pasó,si no de la situación en sí,vamos,que si soy yo el guardia de seguridad te remato allí mismo!!!! jajajaja

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  3. Ya tengo las fotos! Están un pco tuneadas, pero son bastante reales. Yo era una de las más discretitas!

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  4. Vaaale, no está bien reirse del dolor ajeno pero.... tu historia del ambulatorio... que buena, jajajaja ;-D

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  5. Pero Rika, tú lo que querías era presumir de disfraz delante del médico....jajajaja me alegro que no haya sido nada pero, chatiña, la próxima cuida la dieta!!!

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